En la infancia el niño necesita poner en marcha todos sus recursos para adaptarse al ambiente. Las dificultades que puedan surgir en este periodo de desarrollo muy sensible en el entorno familiar y social, así como los problemas en el ámbito escolar (aprendizaje, estrés y ansiedad), pueden persistir en la edad adulta si no son detectados y tratados a tiempo.
En la adolescencia el sujeto experimenta considerables transformaciones biológicas, psicológicas y sociales que le llevan a su autodescubrimiento, clarificación de la identidad y, lógicamente, construcción y maduración. El aprendizaje y manejo de sus diferentes posiciones le pueden inducir a confrontaciones y cambios de comportamiento. Son dificultades que deben vencer para arribar a una adultez responsable y feliz.
Cada niño, adolescente y joven es único, así que conociendo sus rasgos individuales podemos ofrecerle los recursos para su desarrollo y evolución óptimos.
Para solucionar los diferentes problemas y trastornos de estas etapas, la psicología infantil/juvenil realiza un diagnóstico y tratamiento incluyendo siempre un trabajo de cooperación con los padres.
Las áreas de intervención en este campo serían:
- Problemas de conducta
- Depresión y/ o Ansiedad
- Celos infantiles
- Miedos y Fobias
- Duelo
- Problemas de eliminación
- Obsesiones
- Conflictos familiares
- Autoestima y Habilidades Sociales
- Estimulación Cognitiva